Siempre he mirado hacia el este ( en particular hacia Europa y
singularmente hacia Francia, al menos en el aspecto culinario) con gran
admiración. Habiendo recibido una educación en Arquitectura y eventualmente en
Técnica Clásica Francesa de Cocina, resulta fácil de comprender, además y
después de todo, estamos hablando de la cuna de la civilización occidental.
Actualmente estoy leyendo un libro
que me ha sorprendido sobre manera. A mi de un solo golpe me bajo y me volvió a
subir. Que Francia ha perdido su lugar como capital culinaria del mundo? Que la
Haute Cuisine Francaise esta passé? Cómo será esto posible, decía yo,
mientras me adentraba en las paginas de Au Revoir, comida vino y el final de Francia del autor
Michael Steinberg. Evidentemente este no es el típico libro sobre cocina,
no incluye una sola receta y toca temas que rayan mas en la política y la
economía, pero claro, la comida no esta exenta ni desligada de estos temas.
Cuando hace cinco años decidí incursionar en el mundo de las artes
culinarias, mi fascinación francófila jugo un gran rol en mi
decisión. Claro esta que los nombres de Ferrán Adriá y Juan Mari
Arzak no eran desconocidos para mis oídos y que la gastronomía molecular
resonaba en todos los rincones del mundo culinario, pero para mi, esto nunca
pareció indicar que la cocina francesa estaba en crisis. Mucho menos que había
sido suplantada en la escena mundial. Si bien era cierto que la Nouvelle Cuisine ya no era tan nouvelle y que otros movimientos como el
Slow Food que había tenido sus orígenes en Italia para el 1989 ya adquiría la
fuerza de un movimiento global, para mi Francia seguía siendo Francia.
No había salido de mi asombro, cuando capta mi atención un tema que
indudablemente mucho tiene que ver con este blog. Ningún otro país (perdonen
mis amigos en España, Italia, y otros rincones) posee una variedad tan
grande de quesos como Francia. Haciendo clara referencia a ello, la
celebre cita de Charles de Gaulle: "Cómo puede alguien gobernar un país que
posee 246 variedades de queso?" (aunque parece haberse quedado corto en su
estimado por mas de un centenar).
Incluso ésta, tan arraigada tradición que se remonta a siglos atrás estaba comenzando a sufrir los embates de la globalización, la vida acelerada y las influencias externas de una situación mundial compleja y en ocasiones hasta incierta. Al otro lado del Atlántico en los Estados Unidos se había comenzado (bueno ya desde los años 20) a generar un debate sobre la salubridad en torno a la leche cruda así como sus productos derivados y las influencias de la propaganda difundida por la FDA en torno a este debate ya hacían eco en las filas de la Unión Europea. Las agencias reguladoras intentaban poner serias restricciones a la producción y la distribución de los quesos. Restricciones que claramente favorecían a los grandes productores, que en virtud de un mayor margen de ganancias optaban por la elaboración de quesos procesados y pasteurizados. El problema con estas regulaciones es que no se adecuaban a la realidad de los quesos producidos tradicionalmente en estas regiones. Francia y su tradicional industria de quesos elaborados a partir de leche cruda se veían amenazados, mientras este país se esforzaba por cumplir con las regulaciones provenientes de Bruselas y la Unión Europea.
Durante los últimos 30 años los productores de quesos franceses han luchado por el derecho a producir quesos "crudos" defendiendo las prácticas ancestrales y una tradición que esta estrechamente ligada a una identidad nacional y cultural. En 1981 nace la Fédération Régionale des Elevages de Côte d’Azur Alpes Provence (FRECAP) (Federación Regional de Crianza de la Cote D'Azur, los Alpes y Provence) un organismo que funge como portavoz de los productores de quesos en la región de Provence afectados por la evolución de las políticas en Europa. Este organismo ha logrado llevar a cabo estudios demostrando que los productos elaborados a partir de leche cruda no representan un riesgo para la salud y otros que enfatizan la sustentabilidad en la elaboración de los mismos por su carácter artesanal y un consumo regional a la vez que realzan la conciencia en cuanto a la susceptibilidad de esta industria que representa un valuarte cultural intrínsicamente ligada a la cultura de mercado, también ampliamente amenazada por los grandes intereses económicos industriales.
Afortunadamente luego de grandes luchas la UE ha revisado sus
dictámenes y al parecer hay una luz al final del túnel, gracias en gran medida
a los esfuerzos realizados por organismos como FRECAP. Se han creado otros
organismos dedicados expresamente a la preservación del patrimonio cultural y
culinario que envuelve la producción de los fromage fermier (quesos de granja), los quesos de producción artesanal a base de leche cruda así como
definiciones que protegen estos sectores. Implementar
las severas medidas regulatorias propuestas por los detractores de la
leche cruda con rigurosidad hubiese sin duda significado la desaparición de una
tradición antiquísima y el impacto que hubiese tenido en ciertos sectores de la
industria hubiese sido devastador para países que, como Francia, poseen una
tradición en la producción de quesos a partir de leche cruda, una tradición
ya de por si bastante amenazada, pues cada vez resulta mas difícil que las
nuevas generaciones se comprometan con este tipo de actividad. Por lo pronto aquellos
que viajan a Europa continuarán disfrutando de los quesos que
ancestralmente ahí se han elaborado a partir de leche cruda y técnicas
ancianas.
En los Estados Unidos (como otras partes del mundo entre ellas Cánada y Australia con importantes industrias de derivados lácteos) y por extensión Puerto Rico, la realidad es
otra. Siguen en vigor leyes que prohíben e incluso criminalizan la
comercialización de leche cruda y debates actuales proponen hacer estas
regulaciones aún más estrictas. La única concesión en cuanto a la elaboración
de quesos a partir de leche cruda es que estos quesos deben ser madurados por
un periodo no menor a 60 días. Periodo que como resultado de los brotes de E. Coli ligados al consumo de queso
en años recientes han amenazado con aumentar a 90 o incluso 120 días. Por
consiguiente, el disfrute de confecciones ya sean estas domésticas o importadas
como Morbier o St.Nectaire están relegados al clandestinaje o bien
condicionados a cumplir con las regulaciones de los 60 días lo que en muchos
casos representa una diferencia abismal en cuanto a sabor, textura y calidad
general del producto en cuestión. Otros nunca cruzan el charco, y todo el que
desee disfrutar de los mismos tiene que por obligación emprender el viaje al
viejo mundo y adentrarse en el paisaje rural (lo que no esta del todo mal, por
lo menos para aquellos que esto les resulte posible) donde estas delicias son
producidas a partir de leche cruda y consumidas localmente en un periodo de
tiempo que fluctúa entre el mismo día de su producción a seis semanas desde su
elaboración.
La industria quesera en los Estados Unidos ha experimentado un
crecimiento significativo durante la última mitad de siglo, particularmente el
sector dedicado a la producción de quesos artesanales. Una parte importante de
este sector de la industria esta compuesto por cientos (sino miles) de pequeñas
granjas (farmstead cheese) que se ocupan de todos los pasos en el proceso de
producción desde la crianza de los animales hasta el mercadeo de los productos
a través de los Mercados Agricolas (Farmer's Market) y la creciente aparición de los llamados CSA
o Actividades Agrícolas integradas a la Comunidad. Productores independientes (
parecidos en su definición y prácticas de producción a las de los fromage fermier) que ponen gran esfuerzo, dedicación y cuidado en la producción de quesos de alta calidad que impactan el mercado
"specialty/gourmet" y cuyos precios pueden alcanzar los $28.00 por
libra, encuentran serios retos a la hora de cumplir con las reglamentaciones y
mantenerse en el negocio. Este mercado creciente pero frágil se ve amenazado
por los constantes esfuerzos de agencias como la FDA y el Departamento
de Agricultura de incrementar las restricciones en cuanto al uso de leche
cruda en la elaboración de derivados lácteos.
A qué o a quién responden estas regulaciones? Es en realidad la FDA un organismo dedicado a procurar y fomentar el bienestar de los consumidores y las sanas prácticas en la producción y distribución de alimentos y drogas? Esto ya ha sido cuestionado anteriormente por una nación en la cual la industria de los fármacos (Big Pharma) inunda las calles de medicamentos controlados, donde se garantiza el derecho de las tabacaleras a participar del libre mercado (y claro, el de los consumidores a decidir si desean o no fumar), donde la obesidad infantil y la obesidad punto, alcanzan cifras alarmantes y donde por años, décadas, la política pública en cuanto a la dieta típica Norteamericana ha sido negligentemente descuidada y abandonada en las manos de las grandes cadenas de comida rápida cuyo interés principal es la obtención de ganancias a toda costa poniendo en peligro la salud pública. Acaso no es responsabilidad y más aún, derecho de cada quien decidir que come o deja de comer?
Es imperante, ante una realidad de vida plagada de incertidumbre, que tomemos las riendas de lo que consumimos y el impacto que esto tiene en nuestras vidas (perdonen el tono de sermón, pero no puedo evitar ser pasional al respecto). La comida es sin duda fuente de placer, pero mas allá de eso, es una necesidad vital. Del mismo modo es una necesidad vital la adopción de valores éticos a la hora de producir y consumir. El Placer del Queso está comprometido con la producción y el consumo local de los alimentos, con practicas sustentables, eco-amigables y humanitarias en la producción y comercialización de lo que comemos. Estamos comprometidos con fomentar una mayor conciencia y una relación cercana con los alimentos que llevamos a nuestras mesas, con los que nutrimos a nuestras familias, amigos y allegados. Teniendo en cuenta que la salud, la economía y el planeta o mas aun nuestra propia subsistencia como especie dependen de ello.Bueno, con esta idea los dejo..... No será la ultima vez que verán un argumento como este entre las paginas de este blog, dedicado al placer, pero claro, con responsabilidad.
Incluso ésta, tan arraigada tradición que se remonta a siglos atrás estaba comenzando a sufrir los embates de la globalización, la vida acelerada y las influencias externas de una situación mundial compleja y en ocasiones hasta incierta. Al otro lado del Atlántico en los Estados Unidos se había comenzado (bueno ya desde los años 20) a generar un debate sobre la salubridad en torno a la leche cruda así como sus productos derivados y las influencias de la propaganda difundida por la FDA en torno a este debate ya hacían eco en las filas de la Unión Europea. Las agencias reguladoras intentaban poner serias restricciones a la producción y la distribución de los quesos. Restricciones que claramente favorecían a los grandes productores, que en virtud de un mayor margen de ganancias optaban por la elaboración de quesos procesados y pasteurizados. El problema con estas regulaciones es que no se adecuaban a la realidad de los quesos producidos tradicionalmente en estas regiones. Francia y su tradicional industria de quesos elaborados a partir de leche cruda se veían amenazados, mientras este país se esforzaba por cumplir con las regulaciones provenientes de Bruselas y la Unión Europea.
Durante los últimos 30 años los productores de quesos franceses han luchado por el derecho a producir quesos "crudos" defendiendo las prácticas ancestrales y una tradición que esta estrechamente ligada a una identidad nacional y cultural. En 1981 nace la Fédération Régionale des Elevages de Côte d’Azur Alpes Provence (FRECAP) (Federación Regional de Crianza de la Cote D'Azur, los Alpes y Provence) un organismo que funge como portavoz de los productores de quesos en la región de Provence afectados por la evolución de las políticas en Europa. Este organismo ha logrado llevar a cabo estudios demostrando que los productos elaborados a partir de leche cruda no representan un riesgo para la salud y otros que enfatizan la sustentabilidad en la elaboración de los mismos por su carácter artesanal y un consumo regional a la vez que realzan la conciencia en cuanto a la susceptibilidad de esta industria que representa un valuarte cultural intrínsicamente ligada a la cultura de mercado, también ampliamente amenazada por los grandes intereses económicos industriales.
A qué o a quién responden estas regulaciones? Es en realidad la FDA un organismo dedicado a procurar y fomentar el bienestar de los consumidores y las sanas prácticas en la producción y distribución de alimentos y drogas? Esto ya ha sido cuestionado anteriormente por una nación en la cual la industria de los fármacos (Big Pharma) inunda las calles de medicamentos controlados, donde se garantiza el derecho de las tabacaleras a participar del libre mercado (y claro, el de los consumidores a decidir si desean o no fumar), donde la obesidad infantil y la obesidad punto, alcanzan cifras alarmantes y donde por años, décadas, la política pública en cuanto a la dieta típica Norteamericana ha sido negligentemente descuidada y abandonada en las manos de las grandes cadenas de comida rápida cuyo interés principal es la obtención de ganancias a toda costa poniendo en peligro la salud pública. Acaso no es responsabilidad y más aún, derecho de cada quien decidir que come o deja de comer?
Es imperante, ante una realidad de vida plagada de incertidumbre, que tomemos las riendas de lo que consumimos y el impacto que esto tiene en nuestras vidas (perdonen el tono de sermón, pero no puedo evitar ser pasional al respecto). La comida es sin duda fuente de placer, pero mas allá de eso, es una necesidad vital. Del mismo modo es una necesidad vital la adopción de valores éticos a la hora de producir y consumir. El Placer del Queso está comprometido con la producción y el consumo local de los alimentos, con practicas sustentables, eco-amigables y humanitarias en la producción y comercialización de lo que comemos. Estamos comprometidos con fomentar una mayor conciencia y una relación cercana con los alimentos que llevamos a nuestras mesas, con los que nutrimos a nuestras familias, amigos y allegados. Teniendo en cuenta que la salud, la economía y el planeta o mas aun nuestra propia subsistencia como especie dependen de ello.Bueno, con esta idea los dejo..... No será la ultima vez que verán un argumento como este entre las paginas de este blog, dedicado al placer, pero claro, con responsabilidad.